Las “pantallas” están diseñadas para captar nuestra atención, y el cerebro del niño es, por así decirlo, muchísimo más sensible a todos los estímulos, pues no está desarrollado. Las pantallas atrapan su atención y pueden cortar o retrasar ese buen desarrollo, con consecuencias para toda su vida… Asimismo, se ha comprobado que un exceso de pantallas dificulta la interacción social, el saber mirar a los ojos y comprender, leer el lenguaje corporal, entre otros. Por eso, es importante que tengamos en cuenta estas 5 recomendaciones:
1. Ser conscientes del desarrollo del cerebro, que va como en una onda de maduración, desde zonas más básicas y posteriores, a otras más complejas y anteriores, con funciones superiores, como la corteza frontal. Respetar sus ritmos naturales de crecimiento. Necesitan experiencias perceptivas vividas, movimiento, autonomía, y sobre todo cariño. No querer quemar etapas.
2. Respecto a la edad, tener en cuenta a la Academia de Pediatría, la cual aconseja no usar tabletas en niños menores de dos años. (Posteriormente lo ha ampliado un poco). Luego, con algunas condiciones respecto al tiempo, respetando la vida familiar, las comidas, y cuidando el sueño. Es preocupante el tiempo que los niños están delante de alguna pantalla. Además, pocos contenidos son adecuados para lograr efectos positivos. Por eso, es vital la implicación de los padres.
3. Acompañarlos, explicarles, y mucho diálogo… Que nos cuenten sus preocupaciones, aunque nos parezcan muy “infantiles”. Que dejemos lo que estamos haciendo en ese momento para atenderles. Sea lo que sea. ¡Es primordial!
4. Educar en valores y virtudes, también en las tecnologías, ¡es algo que debemos hacer en la propia familia! Dejo unos puntos básicos. Resaltaría la importancia del ambiente familiar, que impregna todo de cariño, y nos ayuda enormemente a ser personas cabales. A fomentar cualidades humanas, y a pensar en los demás. También el modelo que presentamos de uso de pantallas, bloqueando y respetando tiempos juntos, comidas, diálogos…, y mejor todos al mismo tiempo, para disfrutar de la convivencia con quienes más queremos. No quedarnos enganchados matando el tiempo: autocontrol personal.
5. Dejo un planning familiar: ¡todos implicados, nos ayudamos, y crecemos! Puedes elaborar uno para tu familia en concreto, que será diferente de las otras… Cada una sabe qué se le da mejor, cuáles son sus fortalezas, y qué puntos son más importantes para ella, o más necesarios, qué edades tienen los hijos…, para intentar vivirlos. También con las tecnologías.
Por eso, es muy interesante tener, por ejemplo una bandeja, una cesta, o, hacer con una cartulina coloreada un parking de móviles en casa. Así los podemos “estacionar” en los momentos que señalemos, como comidas, diálogos, o tiempos familiares…
Si los niños son muy pequeños, es bueno que no nos vean todo el día mirando el móvil, porque ni siquiera nos damos cuenta… Si no queremos transmitirles que lo más importante e interesante de la vida es mirar una pantalla… Cuesta, si estamos acostumbrados, pero ¡merece la pena el esfuerzo! Podemos entrenarnos poniendo el modo avión en algunos momentos y disfrutando de su mirada y su compañía.
¿Por qué…? Porque también nos podemos acostumbrar a depender de pantallas, que nos atrapan la atención. Parece que nos facilitan muchas cosas, que ponemos menos esfuerzo, que llegamos a muchos, pero, a la larga, nos habituamos a ello: ¡crean dependencia!
Colaboración de Maria José Calvo para LaFamilia.info