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Frases que un adolescente necesita escuchar de sus padres

Por LaFamilia.info 

Es posible que tu hijo adolescente sepa cuánto lo quieres y que estás ahí para cuando te necesite, ¿pero se lo has dicho? ¿Con qué frecuencia? ¿En qué circunstancias?

Tal vez las fricciones causadas por la edad en la adolescencia, dejan de lado la parte cariñosa y cercana que todo padre debe brindar.

Todos hemos tenido momentos en que necesitamos una voz de aliento, unas palabras que nos reconforten; lo mismo sucede con los hijos, en especial cuando son adolescentes. En esta etapa, cargada de turbulencias emocionales, los hijos piden a gritos la presencia, el cariño y la autoridad paterna; así demuestren lo contrario.

Las siguientes son frases que empoderan a los chicos y les recuerdan que siempre se busca lo mejor para ellos pues el amor que se siente hacia un hijo es infinito e inexplicable. Las palabras son muy poderosas, y más cuando vienen de los padres, así que ¡manos a la obra! 

1. “¡Tú puedes!”

La adolescencia es una etapa de crisis, en la cual la seguridad y la autoconfianza brillan por su ausencia. Aunque no todos los chicos son iguales, son rasgos que se presentan con frecuencia. Por lo tanto los hijos necesitan saber que sus padres creen en ellos, creen en sus capacidades y los consideran más capaces de lo que ellos piensan; de esta manera los haces más fuertes y valientes.

2. “Todo en la vida requiere un esfuerzo”

No existe nada fácil en la vida, y si algún día descubren algo fácil pues es muy factible que sea incorrecto. Esto lo deben tener muy claro los hijos y no hay que esperar que sean adolescentes para hacérselo saber. Desde pequeños hay que inculcarles que toda recompensa lleva un trabajo detrás, que el artista o el futbolista que tanto admiran, tuvo que luchar bastante para ganarse ese puesto, y cuando las cosas se las pintan fáciles, pues simplemente hay “gato encerrado”.

Hazle conocer el mundo adulto –que es el mundo real– sin pintárselo de forma trágica ni tenebrosa, pero hazle saber que la vida implica retos y responsabilidades las cuales estará en plena capacidad de asumir.

3. “Aprende de los errores”

“Los errores son aprendizajes y como padres te perdonamos”.  Y si quieres puedes añadirle: “confiamos en que no lo volverás hacer, pues eres un chico(a) muy capaz e inteligente!” Con esta poderosa frase le depositas nuevamente la confianza y es muy posible que salga arrepentido, además se dará cuenta de los padres tan valiosos que tiene.

Pero también deberá saber que toda acción genera una consecuencia negativa o positiva, dependiendo del caso. Explícale que por ley de vida, cuando se falta a una norma o a un acuerdo, siempre pasará algo. Lo mismo sucede en casa, si el chico ha fallado en su desempeño escolar a causa de su descuido o ha quebrantado las reglas de familia -como por ejemplo llegar más tarde de lo permitido-, debe asumir los efectos de dicho comportamiento.  

4. “Te amamos y por eso te corregimos”

Cuando los padres se abren realmente de corazón es algo que genera un impacto muy positivo en los adolescentes. Nunca sobrará recordarles cuánto los quieren y todo lo que significa en sus vidas. Este ejercicio genera una conexión única y muchas veces es un paso determinante en la superación de los conflictos familiares.

5. “Valora cada momento y cada cosa que tienes”

Algunos chicos adolescentes dan por sentado que el “mundo ideal” durará por siempre y además así lo exigen. Pues no. Si tienen un estudio, un techo, una familia que los espera, una deliciosa cena, es porque son privilegiados y deben sentirse inmensamente agradecidos. Sin necesidad de recriminarles ni echarles en cara los esfuerzos que como padre has hecho por ellos, es necesario que se los digas, pues muchos niños no han tenido su suerte.

No hace falta aprenderse este artículo a modo de libreto para recitárselo a los hijos; basta con tomar las ideas generales que desde LaFamilia.info te proponemos para adaptarlas a la situación de cada quien. Vale aclarar además que todo lo anterior, debe ir acompañado de un tono cálido, un ambiente tranquilo, armonioso y privado: de padre a hijo, de corazón a corazón.